HUERTO 2021

En este año, 2021, las alumnas y alumnos de Biología y Geología en primero de bachillerato se propusieron que nuestro instituto tuviera huerto. Esto implicó hacer frente al desafío de tenerlo que empezar desde cero.

La Biología, como ciencia que estudia los organismos vivos, es una ciencia que se estudia y se comprende muy mal sobre el papel, porque las cosas que están vivas son, por definición, cosas que cambian constantemente, siempre dinámicas, creciendo, transformándose, mutando.

Un huerto, por pequeño que sea, es la mejor manera de comprender las necesidades (factores limitantes) y los procesos por los que las plantas llevan a cabo todas sus funciones biológicas: “la huerta es la madre de la ciencia”, que dijo el sabio, y si no lo hizo, debería haberlo hecho.

Así pues, a la vuelta de Filomena, el “jardín” del instituto fue el escenario perfecto para poner en práctica esta comprensión de cómo la vida se abre camino.

Todo empezó en el laboratorio. Allí vimos germinar semillas y expresar los tropismos básicos en un vivero de construcción propia. También se tomaron datos de cómo las plantas crecían a diferente velocidad en función de la concentración de sal en el agua.

De nuestro vivero salieron girasoles, judías, lentejas y tomates.

Pero llegaba el siguiente paso: pasar a tierra. ¿Podrían sobrevivir nuestros plantones a la tierra arcillosa y largamente seca que teníamos a nuestra disposición?

Un análisis básico, que hicimos sobre el terreno, nos dijo que el suelo alcalino (pH básico, muy alto) nos lo iba a poner difícil. Sin embargo, nada que no pudiera arreglarse zachando mucho para airear la tierra, mezclando con una cantidad adecuada de sustrato para corregir en parte la acidez y regando con mucha agua (muchas gracias a Jorge de mantenimiento que nos arregló el riego).

Los pioneros fueron los girasoles, que se adaptaron a la perfección. Luego llegaron las tomateras y los calabacines, que se tomaron su tiempo, pero que al final han arraigado con fuerza. Creemos que también algún pimiento ha sobrevivido.

El próximo curso, con un nuevo calendario de siembra y la experiencia de este año, esperamos que llegue un nuevo y mejorado Huerto 2.0.

Buen verano.